¿Has oído hablar alguna vez del estilo Kinfolk ?

Yo he de sincerarme, y es que hace escasamente unos días, escuché el término por primera vez.
De hecho, pensé: «¡anda!, ya hay una nueva vertiente decorativa»… y nada más lejos de la realidad.

¿Te quedas y te cuento?

Ya se hablaba del estilo Kinfolk por allá por el 2016, aunque no he encontrado referencias a cuándo se utiliza por primera vez en decoración. 
Lo que si está claro o en lo que muchos coinciden, es que el término surge de la revista originaria de EEUU que comparte el mismo nombre, donde se habla de minimalismo y temas relacionados con la vida moderna; y del libro «The Kinfolk Home», de Nathan Williams, donde su autor, recorre 35 hogares pertenecientes a arquitectos, fotógrafos, empresarios, estilistas o diseñadores, y nos muestran cómo hacen para salvaguardar una parcela de tranquilidad en sus vidas y qué es para ellos la “slowlife”.

 

Por lo tanto, se ha definido esta tendencia, no sólo como un estilo decorativo, sino también como un modo de vida, inspirado en la comunidad Amish en EEUU. Para los Amish, la naturaleza, la vida de campo y el tener solamente lo justo y necesario, es su forma de vivir el día a día, lejos de la modernidad de la tecnología y de los ruidos de la ciudad. 

Otras fuentes comentan que el término es propio de países nórdicos y que busca cuidar todos los detalles, valorando cualidad frente a cantidad.

Sea como fuere, se trata de un estilo minimalista; sencillo pero elegante, muy relacionado a la tendencia «slow deco» y al concepto <hygge>. Representa una estética basada en una vida más relajada, combinando muchos detalles sencillos para conseguir espacios más elegantes.

A mi personalmente, me recuerda mucho a los estilos japandi o al wabi-sabi, con unas tendencias a lo natural, lo sencillo, es decir, tendencias minimalistas en la decoración y en el día a día. 

Te voy a contar los principales tips a seguir si te gusta este estilo, adaptados a las tendencias de actualidad:

-Colores neutros: blanco, beige o tonos tierra. Buscan la iluminación desde las paredes y para ello, se concentra el blanco en la mayoría de espacios, que luego se ven acompañados de elementos decorativos con algún toque de color, incluido gris o negro. También resaltan en la paleta de colores, algunos tonos de verde que evoquen la naturaleza. 

   

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-Materiales naturales: al igual que el wabi-sabi, se centra en la esencia de las cosas, buscando la apariencia rústica y volver a nuestros orígenes con materiales como: madera, ratán, piedra, lino, algodón…  

 

Por ello, puede ser un estilo bastante ecléctico; ya que puede reunir distintos elementos de otros estilos; tejidos más bohemios, ladrillos vistos, acabados más rústicos, tendencias vintage… 

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-Mobiliario: la madera está muy presente en muebles o en vigas de techo, normalmente con textura rugosa, más cruda (estilo RAW), dando una mayor importancia a los muebles con un diseño más exclusivo, incluyendo algunas piezas más clásicas. Utiliza mucha línea recta y de diseño sobrio, que tienen un efecto relajante sobre los humanos. De hecho, es un estilo que utiliza pocos muebles y decoración, pero dando protagonismo a las piezas decorativas artesanales y/o sostenibles

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-Estampados: el que las paredes en su mayoría sean blancas o de tonos muy neutros, no es casualidad. Los estampados, sobre todo textiles, rompen con esa monotonía de color, normalmente con un estilo más boho o con motivos étnicos. 

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-Artesanía: como en otros muchos estilos, la artesanía lleva siendo un elemento potente en decoración y aquí no iba a ser menos. Al ser una tendencia que adora la naturalidad, lo campestre y la vuelta a los orígenes, también apuesta por los elementos hechos a mano, con mimo y tradición. Productos auténticos, únicos e irrepetibles.

 

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-Plantas: reclama un modo de vida más natural, relajado y auténtico. ¡Y no me extraña! Después de todo lo que hemos visto, solo faltaba el ‘toque verde’ , para mi, indispensable en cualquier estilo. Eso sí, en este estilo, no verás ramos muy cargados o preparados, más bien, todo lo contrario; árboles o plantas silvestres y ramos simples. ¡Vuelve a conectar con la naturaleza! 

 

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Es importante tener un estilo de vida que valore los objetos que nos rodean para evitar las compras compulsivas.

En muchas ocasiones, nos dejamos llevar por el uso de tendencias o estilos y/o productos que nos enseñan en redes sociales (hace poquito escribí una newsletter sobre esto), creandonos una necesidad sobre una tendencia que desaparecerá o que necesitaremos cambian en un periodo corto de tiempo, bien por falta de funcionalidad, bien por comodidad, o incluso porque realmente no lo usamos.

Lo bueno de este tipo de estilos minimalistas y sencillos, es que nos hace pensar en aquello que realmente necesitamos, sin recargar, transmitiendo paz y armonía en nuestro hogar. 

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Y hasta aquí el final de este post 

(Fuente de las imágenes en este post: Mi tablero de Pinterest)

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